miércoles, 30 de septiembre de 2015

Taiwan: Taipei

El vuelo no ha sido tan malo como cabía esperar cuando vas a volar con un tifón pisándote los pies, algún que otro salto, así que poco después volvemos a estar en Taipei y esta vez hemos cambiado de hotel, está más cerca del centro y no tiene nada que ver con el primero… Ahora estamos en I’m inn…

El conserje nos recomienda acercarnos a uno de los Night Market para poder cenar algo así que escogemos el Shilin Night Market porque es el que más tarde cierra… calles y calles y calles llenas de tiendas, puestos, comida, etc…


Un par de vueltas por allí y después de preguntar nos enteramos de que los Food Courts están bajo tierra así que bajamos y escogemos un sitio lejos del aroma del tofu apestoso.

No he hablado aún de este manjar, pero a lo largo de nuestro viaje ha sido una constante que en más de una ocasión ha conseguido quitarnos el apetito. El tofu apestoso (que no se llamará así en la realidad pero para mí estará bautizado con este nombre para siempre) es un plato de tofu frito que huele indescriptiblemente mal, lo suelen preparan en grandes ollas a las puertas de los restaurantes (supongo que será porque si lo hacen dentro alguien acabará en el suelo)

Día 6

Nos queda un día y medio en Taiwan y solo hemos visto de lejos la joya de la corona, la Taipei 101, así que nos dirigimos hacia allí. 

La Taipei 101 es un centro comercial de lujo, todas las grandes firmas están dentro.




El tifón ha llegado a Taipei y descartamos subir al mirador de la torre porque el tiempo no acompaña, nos arriesgamos y  lo veremos al día siguiente, nuestro último día en Taiwan.

Aprovechamos la lluvia para pasear por la Taipei 101 y luego decidimos irnos a conocer otro sitio, Huashan 1914 Creative Park, el sitio tiene una historia increíble:




“En 1997 los miembros de la compañía teatral Golden Bough Theatre hicieron un descubrimiento sorprendente. Allí, en el corazón de Taipei y acordonado a los visitantes, se alzaba una fábrica abandonada. El grupo describió la fábrica como una ciudad dentro de una ciudad, un lugar donde la naturaleza creció en el hormigón durante casi una década... y estaban intrigados.
Los jóvenes no lo sabían pero se habían topado con una de las estructuras más antiguas y bien conservadas en Taiwán. Construido en 1914, la fábrica fue uno de los productores de vino más grande de Taiwán en toda la década de 1920. Hacía tiempo, sin embargo, que la habían abandonado.
El grupo “restauró” una pequeña sección de la fábrica y comenzó una puesta en escena de obras de teatro en los pasillos abandonados. Sus actuaciones experimentales, y la elección del lugar de celebración, rápidamente llamaron la atención de la comunidad local... Por desgracia, también llamó la atención de la policía local. Este acto de excesivo entusiasmo fue sólo el comienzo.
Los artistas locales se sintieron atraídos por los espacios abiertos, los techos altos y la abundante luz natural. Pronto el arte y los gigantes literarios de todo Taipei comenzaron a utilizar la fábrica como un espacio de trabajo de inspiración, dando actuaciones y dejando su huella distintiva en las propias estructuras.
Este entorno único se extendió más allá y en 1999 la Association of Culture Environment Reform Taiwan, una organización no gubernamental sin fines de lucro, fue creada para supervisar la restauración de la fábrica y transformarla en un centro de arte de pleno derecho. La fábrica pasó a llamarse Parque Creativo Huashan y, en 2005, la reconstrucción comenzó oficialmente.

En 2007, Taiwan Cultural-Creative Development Co. Ltd asumió la responsabilidad de la renovación del parque y lo renombró Huashan 1914. Un entorno orgánicamente creativo que ha ido creciendo desde entonces. Huashan 1914 sirve ahora como centro de artes creativas de Taipei y de alojamiento para las actividades culturales más importantes de Taiwán. Los ejemplos incluyen el festival de música de Simple Life y feria de estudiantes de diseño BiBo expo. Hoy Huashan 1914 no sólo es el centro de la acción creativa de Taiwán, sino también un puente hacia un pasado arquitectónico único”.

Llegamos allí luchando contra viento y agua y la mayoría estaba cerrado, así que visitamos algunas tiendas, el exterior de este lugar y nos fuimos a tomar un café.


El resto del día lo pasamos intentando guarecernos del de los tifones así que tomamos algo con calma, conocimos mega centros comerciales, alguno incluso el día que se inauguraba! Y para la tarde-noche el tifón había pasado…


La última noche en Taipei habíamos decidido ir a cenar al Dim Tai Fung, un restaurante del que somos fans en Singapur y que actualmente tiene cientos de restaurantes repartidos por Asia pero el original, donde todo empezó, se encuentra en Taipei, así que supusimos que si habitualmente hay cola en cualquiera de estos restaurantes en el original habría que esperar muchísimo, y sobre las 7 nos fuimos a hacer cola… Sorprendentemente no tardamos casi nada en tener mesa, nos encantó la cena!


Día 8


Último día en Taipei, y ya no llueve, han salido algunos rayos de sol y nos vamos otra vez a la Taipei 101 a ver la ciudad desde el cielo.

El edificio tiene 508 metros de altura y desde su piso 85 se puede observar todo Taipei y alrededores. Su estructura, en forma de bambú, se visualiza desde diferentes puntos de la ciudad.





En el piso 84 se puede visitar la gran bola dorada que es el amortiguador que mantiene la torre estable, contra terremotos y tifones.




Después de sacar unas cuantas decenas de fotos tenemos tiempo para una última visita antes de irnos al aeropuerto, así que desde el cielo divisamos el Sun Yat Sen Memorial Hall y hacia allí nos dirigimos… para encontrarnos con otro cambio de guardia! la verdad es que si lo hubiéramos planeado seguro que no hubiéramos visto ninguno!


Nos vamos al aeropuerto para volver a Singapur… Taiwan nos ha enamorado! Es un país precioso!


Algunos tips:

Si vas a Shifen: Salimos de la estación central de Taipei y el billete se puede pagar con la EasyCard.

El metro en Taipei es estupendo así que decidimos sacarnos las tarjetas EasyCard para aprovecharlo todo lo que podamos.

Los trenes (como en Singapur) tienen el aire acondicionado a tope, si vas a viajar en tren por Taiwan llévate calcetines y jersey a mano.

Es necesario tener el carnet de conducir internacional (donde figure Taiwan como país habilitado para el uso) para el alquiler de moto en Hualien.


Taiwan: Penghu Islands

Día 4

Nos vamos de Hualien a media mañana así que madrugamos y nos acercamos a conocer la costa, ayer había tocado montaña, hoy playa… Hualien tiene unas playas infinitas con una gran belleza… Tenemos poco tiempo para disfrutar de la vista así que después de unas fotos ponemos rumbo a la estación de tren, donde antes tenemos que devolver la moto.



Vuelta a Taipei en tren y de allí al aeropuerto, nos vamos a las Islas Peng-Hu, también conocida como Isla de Pescadores (nombre dado por los portugueses) está conformado por 64 islas y se encuentra a menos de una hora en avión de Taipei.



Cuando llegamos nos sorprende una chica con una niña de dos años esperándonos en el aeropuerto. Es la dueña de la casa donde nos vamos a alojar allí y ha venido a recogernos.

Llegamos a su casa, un chalet precioso cerca de la costa y nos muestra nuestra habitación, que cuenta con baño dentro y es simplemente estupenda… También nos ofrece algo para casero para cenar que está delicioso y nos ayuda con la organización de nuestra excursión para el día siguiente. Se vuelca con nosotros y es encantadora! Y aunque la niña habla chino y yo no pues nos divertimos un rato jugando…




Nos comenta que el tifón que se acercaba se ha convertido en un super-tifón (porque son tres) así que a lo mejor no podemos disfrutar mucho de las playas…

Al día siguiente después de desayunar ella misma nos alquila una moto y nos vamos a conocer las islas, bien abrigados, el viento y el agua esta vez sí forman parte de la excursión.






Hemos visto todos los lugares turísticos y hemos probado el helado de cactus, famoso al parecer aquí, y que por cierto está buenísimo así que decidimos guarecernos en algún sitio en el que poder comer algo caliente y secarnos…  Encontramos un sitio en el puerto que servía una comida deliciosa: el Alhali Café.




Después decidimos regresar a la casa a darnos una ducha caliente, un libro y descansar… suficiente turismo por hoy con el super-tifón!

Día 5

Unos golpecitos en la puerta nos despiertan temprano, la chica de la casa nos avisa que el sol ha salido y que nos vayamos a la playa rápido, así que le hacemos caso!

Que bonitas son las playas de Peng-Hu, y que ganas tenía de bañarme en un mar que no estuviera caliente! Y saltar olas!





Por suerte para nosotros a los asiáticos no les gusta ponerse al sol y no hay un occidental en kilómetros a la redonda, así que las playas son para nosotros y es un lujo impagable poder disfrutarlas a solas!



Al final en una de las playas nos encontramos con unos chicos de Taipei que estaban de vacaciones y como las olas eran bastante grandes decidimos bañarnos juntos… por si acaso…





Nuestro avión de vuelta a Taipei es por la noche así que decidimos aprovechar un poco la tarde y visitar lo que nos queda y algún que otro templo que encontramos por el camino… y entonces suena el teléfono, son las 5 de la tarde y nos informan que, debido a la proximidad del tifón, nuestro vuelo sale en una hora!!!!! Menos mal que estamos cerca de la casa, cuando llegamos la dueña nos espera con la niña dentro del coche, las maletas en el maletero y el motor encendido, dejamos la moto y nos subimos al coche… aún estamos empapados de bañarnos en el mar…


Cuando llegamos al aeropuerto corremos, con nuestra anfitriona a la cabeza, hacia el mostrador de facturación, hemos llegado a tiempo, nos despedimos agradecidísimos con ella y la peque y pasamos el control. 

Taiwan: Hualien

Tengo que reconocer que nunca hemos conseguido acostumbrarnos al horario local, pero es que el horario local era complicadillo, para empezar a las 8 de la tarde ya era difícil encontrar algo abierto donde cenar, cosa extraña, porque además cuando intentamos desayunar todo abría a las 11 de la mañana. Así que dentro de esta franja horaria tan limitada nos apañábamos como podíamos.

El caso es que llegamos a Hualien a las 11 de la noche y allí tuvimos el único percance de todo nuestro viaje con los taxistas que había esa noche en la estación de tren… Durante todo nuestro viaje la gente nos ha parecido maravillosa y siempre nos han puesto buena cara a pesar de que en más de una ocasión el idioma no estaba de nuestro lado (en Taiwan se habla el chino antiguo, el tradicional, no el mandarín simplificado).

Volviendo a los taxistas, todo empezó en la cola de los taxis… intentamos coger uno y se fue, creímos habernos equivocado al pensar que estaba libre así que nos dirigimos al siguiente, que en cuanto nos vio también se fue, así como el que le siguió. Supusimos que por el hecho de vernos occidentales ya instantáneamente pensaron: “con estos no me voy a entender”… llevábamos la dirección escrita, pero en fin… el caso es que como decía antes la gente es estupenda y entre cuatro vecinos que salían de la estación pararon un taxi para nosotros, buscaron nuestro hotel en sus teléfonos y le indicaron al taxista (que ya no tenía escapatoria porque estaba rodeado) donde llevarnos  :-) 

Nuestro hotel en Hualien, el Happiness163, era una casa de tres plantas reformada y la habitación estaba muy bien, era grande, la cama cómoda, la ducha estupenda, y más o menos  céntrico. A la mañana siguiente teníamos pensado salir temprano hacia el Parque Nacional así que después del check-in, unas cuantas preguntas de logística al recepcionista y una ducha nos fuimos a dormir para madrugar…

Día 3

El tercer día comienza con la aventura del desayuno… y esta es una historia que se repetirá a lo largo de nuestro viaje excepto en los dos hoteles en los que estaba incluido… En Hualien el recepcionista nos comenta que podíamos desayunar en el local que había al lado, que era un sitio tradicional… Yo puedo comer y cenar noodles y arroz durante un mes sin cansarme, pero para desayunar quiero un café y he aquí el punto más complicado de nuestro viaje… las cafeterías que nos encontrábamos abrían a las 11 de la mañana, seguramente para atender las demandas de almuerzos de mediodía, así que cada desayuno era una aventura en busca de café. Así que aquí perdimos un poco de tiempo explorando, buscando un desayuno.


Decidimos alquilar una moto para ir al Parque Nacional de Taroko, que es enorme y por ello hay que acceder o bien en bus, o en coche o en moto, nosotros optamos (como siempre) por esta última opción, así que volvimos a la estación de tren porque es alrededor de este lugar donde se encuentran la mayoría de las tiendas de alquiler. Después de un par de intentos y alguna ayuda de traducción por parte de un chico local conseguimos alquilar una moto para dos días que nos daría la independencia suficiente para movernos como nos apeteciera.

Cuando llegamos al Parque, a una media hora desde que salimos del centro de la ciudad, amenazaba lluvia, así que fuimos a consultar al punto de información y allí nos informaron de que se acercaba un tifón, ¡un tifón! Pero ya estábamos allí y no íbamos a tener otra oportunidad, le consultamos al señor si cerraban el Parque en caso de peligro y nos dijo que si, así que mientras ellos estuvieran tranquilos nosotros también y pusimos rumbo a nuestro primer trekking.


Taroko es una maravilla de la naturaleza, las rocas de mármol vistas, los caminos, el agua… Solo hay que elegir que camino se quiere hacer, aparcar ¡y ponerse en marcha!






Al final el día se quedó precioso y pudimos estar allí hasta  la tarde y hacer cuantos trekkings nos apetecieron para acabar comiendo dentro del parque en un área de descanso.



El acceso al Parque no tiene ningún coste.

Volvemos a Hualien encantados con el día maravilloso que hemos pasado y en el hotel nos comentan que hay verbena por ser época estival y que nos acerquemos al Night Market. Así que después de una ducha dejamos la moto en el hotel y nos dirigimos andando a donde nos habían indicado… y vaya fiesta tenían montada! todo el pueblo allí metido, concierto, puestos de comida, atracciones…  decidimos coger algo para picar y seguir recorriendo las decenas de puestos que había. 












Taiwan: Taipei

Día 1

Nuestro vuelo sale de Singapur el viernes a la 1 de la madrugada con lo que llegamos a Taipei a las 5.30am. El autobús del aeropuerto al centro de la ciudad tarda poco menos de una hora así que decidimos intentar desayunar algo antes de dirigirnos a nuestro hotel, a ver si con un poco de suerte nos dejan hacer el check-in prontito. Taipei está lleno de Starbucks y como es lo único que encontramos abierto desayunamos algo allí.

El hotel de Taipei, el Chair-man, nos informa que hasta las 3 de la tarde no vamos a poder entrar en nuestra habitación! Mal muy mal!

Nos cambiamos de ropa en el baño de recepción y dejamos allí las mochilas, no son ni las 9 de la mañana y empezamos a hacer turismo.

Taipei tiene un aspecto decadente, como si una gran ciudad en los 80 se hubiera quedado congelada en el tiempo, los anuncios de las tiendas, los carteles de neón… todo se ha mantenido tal cual.








Tenemos claro que queremos visitar los templos principales y nos ponemos rumbo a ello. Visitamos el Longshan Temple, el ChiangKai-Shek Memorial Hall y fuimos hasta el Confucious Temple donde finalmente paramos a comer, primera comida noodles y dumplings (no podía ser otra cosa!)








Durante nuestra visita al ChiangKai-Shek Memorial Hall pudimos disfrutar del cambio de guardia.









Por el camino encontramos parques preciosos que merece la pena recorrer, un oasis en mitad de la ciudad.




A las 4 de la tarde volvimos a nuestro hotel seguros ya de tener la habitación y de poder disfrutar de una ducha y quizás una siesta… nos habíamos levantando el viernes a las 7 de la mañana para ir trabajar y eran las 5 de la tarde del sábado… ZZzzzz!


Día 2

Taipei no es muy grande e íbamos a volver el último día de nuestro viaje otra vez, así que decidimos dedicar el segundo día a hacernos una escapada que estuviera a una hora o dos en tren. Desde Taipei hay muchísimas opciones así que escogimos visitar Shifen. Para llegar al pueblecito hay que coger dos trenes diferentes pero el transbordo es sencillo.  

Shifen es famoso por su catarata y por las linternas que la gente decora sobre las vías del tren y luego suelta. Es sorprendente ver las vías llenas de personas y que de repente suene el silbato del jefe de la estación ¡y todo el mundo fuera que viene el tren! Cuando pasa vuelven otra vez a colocarse los vendedores, los turistas, las linternas…






Lo cierto es que el pueblo se compone de una calle repleta de tiendas y puestos de comida. Las cataratas están un poco más alejadas, a una media hora andando, pero el paseo es agradable y no tiene mucha complicación, aunque sí algunas escaleras.



Volvemos a Taipei a la hora de comer y como no, toca noodles, y estos estaban especialmente buenos.

Queremos terminar de ver algunas zonas de Taipei antes de marcharnos a Hualien así que después de comer nos vamos al Edificio Presidencial, el Peace Park y recorremos algunas calles bonitas como la de los artistas (nunca había visto tanta librería seguida en una misma calle).





A las 9 de la noche ponemos rumbo a Hualien, vamos en tren también (es la mejor forma de moverse por Taiwan, los trenes son cómodos y rápidos) y en dos horas estamos allí.